Sopas de Ajo con Jamón y Huevos

SOPAS DE AJO CON JAMÓN Y HUEVOS (4 a 5 Personas) Siempre nos ha llamado la atención el nombre en plural de este tipo de elaboración que tan tradicional es de la gastronomía española y cuyas variantes son muchas y están repartidas por toda la geografía de España. Las sopas de ajo con jamón y huevo es un plato humilde que se prepara con ingredientes básicos y económicos. El resultado es tremendamente sabroso, pero es esencial usar un buen fondo o caldo casero. INGREDIENTES: 8 Dientes de ajo. 200 Grs. de jamón serrano. 1 Cucharada de pimentón dulce. 1 Hoja de laurel. 10 Rebanadas finas de pan duro. 1 o 1,2 Lts. de caldo de carne. 4 o 5 huevos (claras y yemas separadas). Aceite de oliva extra virgen.. PREPARACIÓN: 1) Pelar los ajos y pasarlos por un prensa-ajos o picarlos finamente. Calentar el aceite en una olla amplia y pochar el ajo a fuego suave, cuidando que no se dore o amargará el resultado final. Mientras el ajo se pocha, rebanar el pan y cortar el jamón serrano en pequeños dados. 2) Agregar el jamón a la olla, junto con la hoja de laurel, y saltearlo durante un par de minutos. A continuación espolvorear el pimentón por encima y remover (cuidando que no se queme). Inmediatamente después, colocar las rebanadas de pan por toda la superficie y regar con el caldo de carne. Subir el fuego para arrancar de nuevo el hervor, pero bajarlo en cuanto esto ocurra. 3) Tapar la olla y dejar cocer a fuego suave durante 10 minutos. Remover para romper las rebanadas de pan, que ya estarán bien empapadas en caldo. 4) Agregar las claras de los huevos y remover al tiempo que se cuajan durante dos o tres minutos. Apartar del fuego, incorporar las yemas, tapar la olla y dejar reposar las sopas cinco minutos antes de servir. Las sopas de ajo con jamón y huevo son un plato contundente y constituyen una comida por si solas. Estupendas para el mediodía, sobre todo para esos días en los que necesitamos entonar el cuerpo que es cuando entran de maravilla. La textura suave y melosa del pan empapado en caldo contrasta con los tropezones de jamón, lo que hace de cada cucharada un placer en boca.