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sábado, 16 de enero de 2016

Conejo (Mejor Liebre si se Consiguiera) en Salsa de Vino

CONEJO (MEJOR LIEBRE SI SE CONSIGUIERA) EN SALSA DE VINO (2 Personas) Se trata de una receta sencilla, que solo requiere dejar que la carne se macere en vino y después cueza durante un par de horas a fuego lento. Así se consigue una carne tierna y tan sabrosa que resulta inolvidable. INGREDIENTES: 1 Conejo o una liebre despresada. 500 Ml.de vino tinto. 1 Ajo porro. 1 Cebolla. 2 Zanahorias. 1 Pimentón verde. 1 Tomate. 3 Echalotes o en su defecto cebollas moradas pequeñas. Aceite de oliva extra virgen. Sal. Harina. Caldo de carne casero. Tomillo fresco. 6 Dientes de ajo. Laurel. 1 Copa de coñac o brandy. PREPARACIÓN: 1) El conejo o la liebre, como las perdices y otros productos similares, agradece el reposo y la maceración para quedar más tierna. Además, su sabor se enriquece mucho si se deja que pasen unos días desde que es cazada. 2) La primera operación es dejar el conejo o la liebre en maceración o adobo durante unas 8 horas, poniendo las distintas presas en un bowl amplio. La sangre y el hígado, se reservan para el día siguiente, cuando se cocine este guiso. Cubrir las piezas del animal con vino y añadir el ajo machacado, unas ramas de tomillo, y unas hojas de laurel. 3) A la mañana siguiente, escurrir la pieza y colar el vino y reservar. Secar muy bien las piezas. Una vez secas, pasar por harina y dorar en un sartén con aceite de oliva. Cuando están bien doradas por el exterior, añadir la sangre que se había reservado y una copa de brandy o coñac. Flambear para evaporar el alcohol y aportar sabor tostado. 4) En una olla grande poner a pochar las hortalizas picadas en trozos medianos, y en cuanto se tenga el conejo o la liebre, se incorpora a la mezcla, agregando el vino que habíamos colado y caldo suficiente para cubrir la liebre y un poco más. Añadir unas ramitas de tomillo frescas y llevar a ebullición bajando luego el fuego. 5) Dejar cocer a fuego lento durante dos horas hasta que la carne esté tierna y la salsa haya tomado cuerpo. Finalizar salteando el hígado en un sartén, y triturándolo con un poquito de la salsa y reincorporar al guiso que se debe comer al día siguiente cuando haya reposado y los sabores se hayan asentado. Acompañarlo con papas al romero o con arroz salvaje.

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